Si colocas el imán de manera incorrecta, quítalo con cuidado y recolócalo tantas veces como necesites. asegúrate de que el imán se fija correctamente a la superficie y, si es necesario, quita las burbujas de aire que aparezcan.
Elimina con jabón el polvo que se fije en la superficie del coche de manera periódica asegurando que la superficie queda perfectamente seca antes de colocar el imán.
Evita exposiciones y ralladuras sobre el imán ya que este se puede deteriorar.
Una buena limpieza periódica del imán y de la superficie del vehículo garantizan una mejor fijación.